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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Shampoo en el motor de su automóvil.


Pondría usted shampoo en el motor de su automóvil en lugar de aceite o líquido de frenos?   Seguramente su respuesta sea negativa pues reconoce lo nocivo que sería para la máquina y la seguridad de quien en él se transporta.
Entonces por qué compra y usa jabones, shampoo o acondicionadores para su cuerpo y pelo con sustancias derivadas del petróleo?  Aplicaría usted en su pelo aceite de motor o líquido de frenos así sea en pequeña proporción?  Tal vez diga que no pero sin saberlo lo puede estar haciendo.  Muchos de los productos de cuidado capilar y corporal cuentan entre sus ingredientes con importantes derivados petroquímicos que con el uso repetido podrían afectar su salud y la de su piel y pelo.
Si existen productos para cuidado personal que no emplean esos y otros ingredientes potencialmente nocivos por qué no los usa a cambio?  Lea en las etiquetas los ingredientes con los cuales está compuesto el producto que tiene en sus manos y va a comprar, compare contra otros que sustituyen los conservantes petroquímicos por esencias naturales no agresivas para su salud o el medio ambiente.
Haga que su selección esté guiada por el beneficio para su organismo y el de integrantes de su familia, no se deje llevar por abrumadora publicidad no creíble o por un diferencial en precio que a la larga sale más costoso por las medidas correctivas que a futuro se puedan generar.
Deje que los ingredientes químicos y derivados del petróleo vayan a donde deben ir, que de seguro no es la raíz de su pelo o el interior de su organismo.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Somos lo que comemos, usamos y hacemos.


La humanidad tiene múltiples razas, etnias y grupos poblacionales, y en todos ellos se encuentra gente sana y gente enferma, gente atlética y sedentaria, gente contenta con su organismo y quienes no lo están. 
Pero por qué hay ese malestar e inconformismo?  Porque no alineamos nuestros deseos con nuestras acciones.  Si deseamos no tener un cuerpo obeso, deberemos comer adecuadamente, sanamente y realizar ejercicio.  Si buscamos un organismo saludable, procuremos no ingerir sustancias nocivas en alimentos, comer más fibra, frutas, verduras y elementos naturales.  Si queremos tener una piel y pelo terso y brillante, empleemos y apliquemos productos de cuidado personal naturales acordes con nuestra necesidad y sin químicos o sustancias tóxicas.
Si ingerimos o aplicamos a nuestro cuerpo basura, basura sale pero parte se queda en nuestro organismo, afectando a la larga nuestra presencia, autoestima y salud.  Podemos cambiar esa tendencia con mayor conciencia sobre consumir y adquirir productos con los mejores ingredientes, sanos y sin componentes nocivos.
Deje o minimice el cigarrillo, el sedentarismo, las comidas chatarra, los productos llenos de parabenos, químicos y derivados del petróleo. Si los reemplaza por respirar aire puro, caminar o hacer algún deporte regular, preparar e ingerir comida recién elaborada, fresca y con todos sus nutrientes, además de aplicar en su pelo y cuerpo jabones y cremas naturales y orgánicas, su vida cambiará; tendrá menos toxinas de las cuales su organismo deberá defenderse, permitiéndole estar más sano y balanceado.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Químicos en nuestra mesa y vida diaria


El urbanismo y modernismo del siglo XX transformaron a Colombia de ser un país rural a uno urbano, con unas cinco ciudades de más de un millón de habitantes y alrededor de 20 poblaciones con más de un cuarto de millón.  Y este cambio trae las ventajas de mayor facilidad para proveer los servicios públicos fundamentales, instituciones de educación, y centros hospitalarios y de salud.  Simultáneamente se aumenta la productividad industrial, el desarrollo laboral, las opciones en el comercio y recreación, y se acude a la globalización que nos integra con el mundo.
Son múltiples los beneficios del desarrollo moderno, que llega sin duda con sus costos: en lo social al aumentar la desigualdad, en lo ambiental al destruirse parte de nuestros campos y reservas forestales, en lo ecológico al contaminar con basuras y desechos los ríos y quebradas que nos circundan, pero sobretodo el costo humano al cambiar el ritmo de vida por una más material, agitada e insana.
Con el afán de servir a una población mayor y creciente se emplean procesos productivos de alto impacto con semillas genéticamente modificadas, productos alimenticios hechos en serie en las cadenas de comida rápida, o en la industria de aseo, cosméticos y cuidado personal con sustancias químicas como conservantes de sus productos.
Cifras de institutos oficiales en los Estados Unidos indican la presencia de más de 100.000 químicos registrados para uso comercial en ese país, 10.000 de los cuales son empleados en la comida, y 2.000 nuevos elementos químicos son introducidos cada año para su uso en alimentos, artículos de cuidado personal, medicinas y productos de aseo en el hogar.
Desconocemos cuáles son las cifras equiparables para el mercado Colombiano, pero al abrirse el país a los tratados globales de libre comercio, busquemos mejorar nuestra oferta al mercado local con productos libres de químicos y sustancias nocivas para el uso humano.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Sabe usted cuantos químicos ha usado o está usando el día de hoy?


Posiblemente su respuesta sea negativa pues no nos tomamos unos instantes para hacer este tipo de reflexiones. Y si le dijera que diversos estudios realizados en los Estados Unidos concuerdan en señalar que una mujer en promedio usa diariamente doce productos de cuidado personal entre shampoo, acondicionador, desodorante, loción y maquillaje, los cuales contienen unos 168 químicos, y a su vez el hombre emplea al día seis productos de cuidado personal en promedio con unas 85 sustancias químicas, muchas de las cuales son ingeridas, absorbidas, inhaladas o introducidas en nuestro organismo.
Algunas de esas sustancias pueden ser inofensivas, pero otras pueden llegar a ser tóxicas y nocivas para nuestra salud y nuestro organismo. Al igual que apreciamos los efectos que la contaminación química produce en ríos, lagos y mares de nuestra tierra, debemos apreciar que esos mismos químicos incorporados como conservantes e ingredientes del producto que nos aplicamos entran en nuestro cuerpo afectándolo.
No es de extrañar entonces que apreciemos en las últimas décadas un aumento del cáncer, asma, defectos en bebés recién nacidos, infertilidad u otros problemas de salud acrecentados por químicos tóxicos.
Establezca una vida sana con el consumo de alimentos y el uso de productos de cuidado personal libres de químicos y sustancias nocivas para los humanos, empiece ya para evitar que en los años le sea cobrada una alta factura en su salud.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Esmalte para uñas sin toxinas


Uno de los productos más tóxicos de los que la mujer usa a diario es el esmalte para las uñas, pues esos lindos colores que se aplican de manera líquida y luego de unos minutos se secan sobre las uñas dando un brillo atractivo y reluciente, deben para lograr eso incorporar múltiples químicos, colorantes artificiales y alcoholes no muy sanos para el ser humano que los usa ni para el medio ambiente en su producción.
Pero es que existen esmaltes para uñas sin toxinas?  Tal vez sean escasos y difíciles de encontrar por quienes los requieren, pero si la mujer desea usar ese lindo color de moda mal haríamos en recomendar que no use el producto y deje sus uñas al natural, sólo señalamos que en tal caso minimice el uso de aquellos productos que no son ecológicos, que si tiene la opción de escoger entre diversas marcas ese lindo color que busca, escoja el que menor mal podrá causar en su salud y la de nuestra amada tierra.
Es posible que como consumidor desprevenido no sepa cuales sustancias evitar, pues bien acá van tres que ojalá no estén presentes en su esmalte: ftalatos, formaldehídos y tolueno, sustancias químicas agresivas que no son raros encontrar en este producto.
Y cuando quiera verse preciosa para ese hombre, para ese evento, para esa ocasión, use su esmalte con moderación, dejando respirar sus uñas en las ocasiones de relajación y descanso.
En un mundo cada vez más urbanizado y polucionado con las personas viviendo cada vez más en las grandes ciudades, ya es bastante el número de toxinas que respiramos, ingerimos y absorbemos en nuestro cuerpo sin siquiera notarlo y sin mayor capacidad de evitarlo, pero cuando podemos tomar una elección, escojamos consumir o usar los productos sin o con la menor cantidad de toxinas posible.