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viernes, 2 de diciembre de 2011

Somos lo que comemos, usamos y hacemos.


La humanidad tiene múltiples razas, etnias y grupos poblacionales, y en todos ellos se encuentra gente sana y gente enferma, gente atlética y sedentaria, gente contenta con su organismo y quienes no lo están. 
Pero por qué hay ese malestar e inconformismo?  Porque no alineamos nuestros deseos con nuestras acciones.  Si deseamos no tener un cuerpo obeso, deberemos comer adecuadamente, sanamente y realizar ejercicio.  Si buscamos un organismo saludable, procuremos no ingerir sustancias nocivas en alimentos, comer más fibra, frutas, verduras y elementos naturales.  Si queremos tener una piel y pelo terso y brillante, empleemos y apliquemos productos de cuidado personal naturales acordes con nuestra necesidad y sin químicos o sustancias tóxicas.
Si ingerimos o aplicamos a nuestro cuerpo basura, basura sale pero parte se queda en nuestro organismo, afectando a la larga nuestra presencia, autoestima y salud.  Podemos cambiar esa tendencia con mayor conciencia sobre consumir y adquirir productos con los mejores ingredientes, sanos y sin componentes nocivos.
Deje o minimice el cigarrillo, el sedentarismo, las comidas chatarra, los productos llenos de parabenos, químicos y derivados del petróleo. Si los reemplaza por respirar aire puro, caminar o hacer algún deporte regular, preparar e ingerir comida recién elaborada, fresca y con todos sus nutrientes, además de aplicar en su pelo y cuerpo jabones y cremas naturales y orgánicas, su vida cambiará; tendrá menos toxinas de las cuales su organismo deberá defenderse, permitiéndole estar más sano y balanceado.

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